9. A medida que ganamos fluidez en los movimientos y conciencia del punto del vómer donde se coloca el sonido, se suma espontáneamente la elevación de una porción de la musculatura lisa de la nasofaringe y el movimiento de elevación del músculo elevador del velo paladar en colaboración con el músculo superior constrictor de la faringe, los más relevantes en este caso. Estos músculos tienen gran importancia en la contribución del sostenimiento de sonidos agudos y sobre-agudos en el vómer. Ver imagen 19Colocación del Sonido
10. La fracción de estos músculos en la nasofaringe (zona de la faringe próxima a la nariz, donde no llega el enjuague bucal) se eleva y hace un breve “pronunciamiento” hacia delante, semejante a la insinuación del acto reflejo en la devolución del alimento, favoreciendo el sostenimiento de los sonidos agudos y sobreagudos.
Fig. 19. Corte Sagital de la Cara. Se observa el punto del vómer donde se coloca el sonido, la zona de ajuste del paladar importante en la calidad del sonido a emitir, sobre todo los sonidos pianos (pp), y la zona muscular que sufre contracción y elevación para sostener sonidos agudos.
11. La vibración que genera el sonido colocado en el punto del vómer es de tal forma que produce un efecto vibrante en la frente y alrededor de la parte posterior de la cabeza, dibujando una línea direccional desde la base del cráneo (hueso occipital) hacia el hueso frontal. Ocurre Tal como la localización del epicentro de un sismo